África - Década años 70



  001     Fort Beaufort            
Suceso:           Encuentro cercano de segundo orden
Fecha:             26 de Junio de 1972
Lugar:            Fort Beaufort, Sudáfrica

En junio de 1972 habría de producirse un suceso sorprendente cerca de la población de Fort Beaufort, en Sudáfrica.

Por la mañana temprano, el propietario de la granja Braeside, el señor Smit, envió a uno de sus trabajadores, Boer de Klerk, a inspeccionar el depósito de la finca. A las 9:00 horas de Klerk regresó en un evidente estado de agitación.

Una hora antes, mientras estaba en el depósito, había visto una bola de fuego cerca de un cerro. Smit volvió al lugar con de Klerk y él también vio el objeto. Era una bola ígnea de color rojo, de unos 61 m de ancho, que sobrevolaba la zona lanzando llamas. Increíblemente, cuando de Klerk gritó, el objeto pareció retroceder a unos 250 m, detrás de un chaparral, y después reapareció.

Smit volvió a casa a recoger su rifle y a llamar a la policía. A las 10:30 llegaron dos oficiales y todos ellos -más otros dos trabajadores- vieron el objeto. Le dispararon aunque pareció hacerle muy poco efecto; a continuación se oyó un estrépito entre la maleza y desapareció.

Al día siguiente una investigación del área puso de manifiesto la existencia de nueve supuestas huellas del aterrizaje.

El 8 de julio, Smit oyó dos fuertes explosiones en su granja y descubrió que el depósito, que medía cerca de 18.3 m y estaba construido con gruesos ladrillos, había sido destrozado. Grandes fragmentos de su estructura yacían a 1,5 m del lugar. Smit señaló que había visto de nuevo al ovni.

  002     Durban           
Suceso:           Luz nocturna lejana
Fecha:             1 de Julio de 1972
Lugar:            Durban, Sudáfrica

Durante el vuelo de un Boeing 727 de Johannesburgo a Durban, el piloto, capitán Chester Chandler, el oficial mayor de vuelo, Graham Smith, y el ingeniero de vuelo, G. Koekemoer, observaron una luz que se aproximaba al avión cuando éste se disponía a aterrizar.

Eran casi las nueve de la noche y el cielo era límpido y oscuro. De pronto la tripulación vio un objeto que aparentemente se mantenía paralelo al avión. Se pusieron en contacto con la torre de control de Durban e informaron; la torre confirmó que no había otro avión en el área. El avistamiento concluyó cuando la luz aceleró y se alejó.

Un control del avión indicó que los instrumentos de abordo funcionaban perfectamente. Chandler comentó que «allí fuera había algo» que los pilotos no pudieron explicar, refiriéndose presumiblemente no sólo a lo que ellos habían visto sino también a los informes sobre ovnis en general.

  003     La Cancha de Tenis             
Suceso:           Encuentro cercano de segundo orden
Fecha:             12 de Noviembre de 1972
Lugar:            Rosmead, Sudádrica

Tras varios avistamientos de ovnis en la zona, la capa asfáltica de la cancha de tenis de la escuela elemental de Rosmead se halló arrancada y diseminada.

Fotografía del estado en el que quedó la pista de tenis tras el posible aterrizaje de un ovni.

Harold Truter, director de la escuela elemental de Rosmead, cerró las instalaciones y el acceso a la cancha de tenis el viernes 10 de noviembre, cuando se marchó a pasar el fin de semana. Al volver la tarde del domingo 12 de noviembre, percibió una luz extraña en el cielo, que consideró un fenómeno inusual pero natural. Si esto guardaba relación con lo que descubrió después, no es posible saberlo. Mientras sacaba las cosas de su coche, vio que la superficie de la cancha de tenis estaba rota; tenía agujeros y la capa de alquitrán había sido levantada y desparramada. Pero las rejas permanecían perfectamente cerradas. Se llamó a la policía.

Es oportuno destacar que en esa misma zona, y a la misma hora, se recibieron numerosos denuncias sobre la aparición de ovnis, algunas formuladas por oficiales de policía.

La investigación de la cancha de tenis mostró un patrón simétrico de agujeros idénticos; parte del alquitrán había sido arrojado a una distancia de 183 m, hasta un cerro cercano. Los árboles de eucalipto que rodeaban el campo habían sido seriamente quemados y murieron unos dos meses después.

El análisis de las muestras que se tomaron en el lugar no indicó ninguna anomalía ni aportó solución alguna. La suposición de que la cancha de tenis fuera el lugar de aterrizaje de un ovni queda sin confirmar.

  004     Encuentro en el Puente Beit           
Suceso:           Extraordinaria interferencia en un vehículo
Fecha:             30/31 de Mayo de 1974
Lugar:            Puente Beit, Frontera de Zimbawe

El puente Beit sobre el río Limpopo, que forma la forntera entre Zimbawe y Sudáfrica,
fue el escenario del encuentro de Peter y Frances.
Peter y su mujer Frances (pseudónimos) viajaban de Harare (entonces Salisbury), Zimbawe (antigua Rhodesia), a Durban, Sudáfrica, pasando por Fort Victoria y la frontera del puente Beit, sobre el río Limpopo, la noche del 30 al 31 de mayo de 1974.

Aproximadamente a 10 km al sur de Umvuna, un pequeño pueblo de agricultores situado entre secos y desolados arbustos. Peter, que era quien conducía, disminuyó considerablemente la velocidad, pues sabía que estaba superando el límite permitido. Le pareció ver a un policía que era famoso por «cazar» a los que incurrían en exceso de velocidad. Cuando pasaron al lado del «policía», observaron que parecía vestir un traje de plástico o metálico, pero cuando miraron hacia atrás para verlo nuevamente había desaparecido.

Quince minutos más tarde, a las 2:30 horas de la mañana, Frances vio una luz, a la izquierda del vehículo, que aparentemente los seguía. Las luces del coche comenzaron a amortiguarse. Otras partes del equipo eléctrico del coche, por ejemplo la radio, no se vieron afectadas; alrededor de ellos se extendía una luz tan brillante que daba lugar a la formación de sombras bien definidas. Tanto Peter como Frances sintieron mucho frío y se envolvieron en mantas mientras seguían su viaje.

Peter había vuelto a aumentar la velocidad a unos 140-150 km por hora y levantó el pie del acelerador. Sin embargo, no se produjo ningún cambio. El coche continuó avanzando a gran velocidad, sin luces delanteras y completamente fuera del control de su conductor. Aunque Peter se sintió aterrorizado, no dijo nada a su esposa, que ya estaba bastante preocupada por la visión del ovni. Siguió así unos 18 km hasta llegar a una gasolinera en Fort Victoria, momento en que advirtió que el ovni había desaparecido.

Eran las 4:30 de la mañana cuando entraron en el garaje de Fort Victoria y la persona que los atendió, que vestía camiseta y pantalón corto, se quedó sorprendido cuando se refirieron al frío que hacía. Una hora después, reemprendieron camino.

A unos 10 km de Fort Victoria, el ovni volvió a colocarse a la izquierda del vehículo, pero esta vez había un segundo ovni encima de ellos. Aunque aquella era una ruta muy transitada y el calor que hacía durante el día impulsaba a la mayoría de la gente a viajar de noche, añadido al hecho de que ese día era fiesta nacional, la pareja se sorprendió muchísimo al ver que la carretera estaba totalmente desierta.

En el siguiente tramo del viaje, Peter y Frances creyeron que se habían extraviado debido a las extrañas características del paisaje que les rodeaba: arbustos bajos, hierba alta, marismas y ciénagas. Parecían también hallarse bajo un «cono de silencio»; el motor no hacía ruido y no se oía el más leve rumor, ni siquiera el que normalmente producen los insectos. Peter perdió nuevamente el control del coche, que iba ahora a una velocidad de 200 km por hora. «No era yo quien conducía», dijo después Peter. El camino entre Fort Victoria y el puente Beit está lleno de curvas, pero aquella noche era totalmente recto.

Frances se quedó dormida alrededor de las 6:15 y a las 7:30 llegaron al puente Beit. Ya era de día, pero aún eran visibles los dos ovnis encima de ellos. El reloj del puesto aduanero de Zimbawe marcaba las 8:30, pero los relojes de Peter y Frances señalaban las 7:30, igual que el del coche. Encendieron la radio para comprobarlo y, efectivamente, eran las 8:30.

El posterior análisis del coche habría de revelar algunos detalles extraordinarios. Cuando salió de Fort Victoria, Peter, deseando conocer el kilometraje recorrido, ajustó el contador correspondiente; cuando lo consultó en el puente Beit, indicaba que el coche había viajado unos 17 km, cuando entre ambos puntos hay una distancia de 288 km. Además, tendría que haber vuelto a llenar el depósito de gasolina de su Peugeot 404, que después del viaje tenía que estar vacío: sin embargo estaba lleno y sólo tuvo que añadir 22 centavos de gasolina. Las cubiertas de las ruedas aumentaron el desconcierto: con el objeto de economizar, Peter había usado las más baratas que pudo conseguir. Con ellas habría podido recorrer no más de unos 1.200 km sin problemas. Pero los investigadores que examinaron las cubiertas determinaron que, a pesar de haber recorrido unos 8.000 km, estaban como si fueran nuevas y flamantes. La hipnosis regresiva habría de revelar una historia sorprendente.

Por lo que Peter pudo recordar, el hecho de que su mujer se quedara dormida en el camino hacia el puente Beit no fue una coincidencia. Apenas se durmió, un «ser espacial» apareció en el asiento trasero del coche y allí permaneció durante el resto del viaje. El ser espacial le dijo a Peter que podía transformarse en cualquier cosa; si Peter quería que el ente fuera un pato, se convertiría en un pato; si quería que pareciera un monstruo, parecería un monstruo. De alguna extraña manera, Peter examinó también el interior de la nave espacial; esto sugeriría que realizó un viaje fuera de su cuerpo, dejando que su forma física siguiera conduciendo. De acuerdo con la regresión hipnótica, la nave constaba de tres niveles, que contenían los sectores de ingeniería, comunicaciones, habitaciones, panel de vuelo, etc. Medía aproximadamente 27,4 m de ancho y 18,3 m de alto.

Como detalle interesante, había una «unidad» especialmente destinada a las abducciones. Era un cuarto vacío al que se podía llevar a los humanos secuestrados e inducirles a creer que aún se encontraban en la Tierra. Otra parte de la evocación indicó que los seres eran materiales, que no tenían órganos reproductores, que venían de las galaxias exteriores, eran como dioses y viajaban por el tiempo en lugar del espacio.

Parece ser que su propósito es el de influir en los acontecimientos de la Tierra sin interferir directamente.

  005     Antoine Sévérin         
Suceso:           Encuentro cercano de tercer orden
Fecha:             14 de Febrero de 1975
Lugar:            Isla Reunión, Océano Índico

El 14 de febrero de 1975, apenas pasado el mediodía, Antoine Sévérin vio un ovni en forma de cúpula en un campo de Petite Ile. De él salieron pequeñas criaturas de unos 91 a 122 cm de alto, lanzaron un rayo blanco a Sévérin que le hizo perder el conocimiento. Durante varios días, su vista se vio afectada y no pudo hablar, lo cual fue considerado por un psiquiatra local como una reacción natural por el shock sufrido.

Cuando la policía publicó su informe del incidente, el teniente coronel Lobet dijo: «Se ha constatado que el testigo es una persona normal, equilibrada, de buena conducta y excelente carácter, incapaz de tramar un fraude.» Agregó: «Ninguna de las personas que brindaron su testimonio piensan que Antoine Sévérin haya tenido una alucinación y toman en serio sus afirmaciones».

  006     El Aterrizaje en Loxton        
Suceso:           Encuentro cercano de tercer orden
Fecha:             31 de Julio de 1975
Lugar:            Loxton, Sudáfrica

En la gélida y brumosa mañana del 31 de julio de 1975, Danie Van Graan caminaba a lo largo del dique de 3 m de alto que protegía su pueblo de las inundaciones. En el terreno que se extiende debajo vio lo que creyó el techo de aluminio de una caravana.

La «caravana» tenía forma ovalada y Van Graan pudo ver en su interior a cuatro personas que se movían como a cámara lenta. Eran pequeñas, delgadas, pálidas y vestían monos de color crema. Tenían cabello claro, ojos rasgados, caras alargadas y pómulos altos, descripción que hace recordar a la mujer que secuestró a Antonio Villas Boas.

Van Graan oyó una especie de zumbido y cuando se aproximó a unos 45 m de la máquina, los entes advirtieron su presencia. En ese momento se oyó un ligero chasquido y se abrió una portezuela; de allí surgió un brillante rayo de luz dirigido a su cara. La luz le desorientó y, desde ese momento, padeció visión doble y confusa, a pesar de no haber tenido nunca hasta entonces ningún problema en la vista. Al mismo tiempo, sufrió una hemorragia nasal. Repentinamente el zumbido se hizo más agudo y la máquina despegó suavemente. En unos veinte segundos se había perdido de vista.

Las posteriores investigaciones realizadas en el lugar revelaron huellas de lo que podrían ser las patas de la nave. El campo de alfalfa donde se había posado el ovni, se había convertido en un terreno árido y la tierra parecía quemada. Van Graan casi repitió las palabras que había dicho Maurice Masse en Francia una década antes: «Desde que la máquina aterrizó aquí, este terreno se ha vuelto yermo».

Parece haber indicios de que los entes exploraron el exterior de la nave antes de que Van Graan los encontrara. La investigadora Cynthia Hind localizó a un segundo testigo, Jan Van Der Westhuizen, que oyó un zumbido aproximadamente a las 7:30. Pensó que se trataba de un helicóptero. Si el ruido lo produjo la máquina al aterrizar, esto quiere decir que sucedió veinte minutos antes de que apareciera Van Graan. En el extremo más alejado del terreno de Van Graan había un estanque de patos casi seco y allí se descubrieron huellas de pisadas distintas a las de cualquier trabajador de la granja. Aunque el testigo no los viera fuera de la nave es posible que hubieran hecho una pequeña excursión.

Se le preguntó a Van Graan qué había sentido cuando la nave partió, y él contestó: «En ese preciso momento, no sé, pero después lamenté no haber podido subir a la máquina para conversar con esa gente».

  007     La Pompa de Jabón de las Islas Canarias             
Suceso:           Encuentro cercano de tercer orden
Fecha:             22 de Junio de 1976
Lugar:            Islas Canarias

Hubo muchos informes sobre este ovni, que voló desde la isla de Fuerteventura a Tenerife, vía Gran Canaria, efectuando un recorrido presuntamente prefijado. De acuerdo con los testigos, el objeto se movía a unos 3.000 km/h.

En Gran Canaria, un médico y otras tres personas que ocupaban un taxi vieron el ovni y lo describieron como una bola de color azul eléctrico, que permanecía estacionaria a unos 183 cm del suelo y a 46 m de distancia, con dos pequeños seres en su interior. Durante los veinte minutos que los cuatro testigos observaron el objeto, éste cambió llamativamente de tamaño. En un principio, se convirtió en una enorme pompa de jabón del tamaño aproximado de un edificio de dos pisos, pero cuando el taxi le apuntó con sus faros, se elevó, agrandándose cada vez más hasta alcanzar el tamaño de un edificio de veinte pisos, aunque los seres y el equipo seguían manteniendo las mismas medidas.

Eso fue suficiente para los testigos, que se refugiaron en una casa vecina pero siguieron observando el objeto a través de la ventana. De pronto, cambió de forma, se rodeó de un halo blanco y desapareció rápidamente en dirección a Tenerife lanzando un agudo silbido. Las investigaciones revelaron que el objeto había sido detectado también por radar.

  008     La Reserva Groendal          
Suceso:           Encuentro cercano de tercer orden
Fecha:             2 de Octubre de 1978
Lugar:            Reserva Groendal, Utenhage, Sudáfrica

El domingo 1 de octubre de 1978, cuatro muchachos de edades comprendidas entre doce y dieciséis años hacían una excursión en la reserva Groendal. Aproximadamente a las 11:15, vieron un objeto plateado entre los árboles, aproximadamente a media milla de distancia, así como dos seres con vestiduras plateadas, similares a la que usan los bomberos, a unos 823 m. Parecían deslizarse, más que caminar, detalle bastante común en este tipo de sucesos.

Uno de los entes tenía una caja plateada, aunque ninguno de los testigos pudo apreciar que tuviera brazos. Hasta las piernas parecían raras: desde las rodillas hacia abajo eran casi «como una aleta». Según la investigadora Cynthia Hind, ninguno de los muchachos consideró la posibilidad de que los entes fueran extraterrestres.

Los testigos observaron a los entes pasar por encima de una valla y trepar por una colina, aunque les pareció que no se movían como seres humanos normales, pues parecían deslizarse perfectamente erguidos por la loma. Antes de alcanzar la cima desaparecieron repentinamente, igual que el ovni.

Aunque el episodio duró sólo unos 60 segundos, pudieron apreciar que la rapidez de sus movimientos era muy superior a la de cualquier ser humano normal. Por ejemplo, en un determinado momento un tercer ente se unió a los otros dos, aunque nadie pudo percibir cuándo lo hizo.

Los rastreadores de la reserva no fueron capaces de hallar ninguna explicación.

  009     El Encuentro de Mindalore             
Suceso:           Abducción
Fecha:             3 de Enero de 1979
Lugar:            Mindalore, Johannesburgo, Sudáfrica

Dibujo realizado por André Quezet, que muestra el objeto que le secuestró junto con su madre.
Meagan Quezet y su hijo André salieron de su casa, para dar un paseo por las inmediaciones, cerca de la medianoche. Mientras caminaban percibieron un resplandor rosado en el camino y Meagan dijo: «Mira, han puesto luces en el camino». André le contestó que no había luces de alumbrado en ese camino, que él conocía muy bien.

Cuando se aproximaron, vieron que la luz rosada emanaba de una nave en forma de huevo apoyada sobre patas de aterrizaje, no muy diferente al módulo americano que aterrizó en la luna. El objeto medía unos 3,65 m de alto y posiblemente otro tanto de ancho; las patas tenían unos 122 cm de alto. Aparentemente ninguno de los testigos sintió temor, pues pensaron que debía tratarse de algún tipo de avión experimental.

Repentinamente, cinco o seis personas salieron de una abertura y saltaron a tierra. Se aproximaron y uno de ellos se adelantó y comenzó a hablar a los testigos en un idioma que sonaba como el chino. Estaban vestidos con monos y uno de los hombres tenía cabello tupido y barba; eran de estatura normal.

De pronto Meagan tuvo la impresión de que había algo que no era normal y le dijo a André: «¡Ve a buscar a papá y corre, por favor, corre!». André echó a correr y Meagan trató de reanudar la conversación, pero lo primero que recuerda después de eso es haber visto a los entes saltar al interior de la nave sin aparente dificultad, aunque no se veían escalones. Se oyó un zumbido y la nave se elevó con las patas extendidas. Poco después, desaparecía en el cielo. André no se había alejado demasiado y volvió con su madre cuando vio partir la nave; juntos, regresaron a casa. Meagan prefirió no despertar a su marido, que estaba muy cansado después de una larga jornada de trabajo. Sólo al día siguiente, cuando el hombre ya estaba en su trabajo, André le telefoneó y le contó la historia, comentándole que también su madre había visto el objeto. Paul sugirió la idea de llamar a los periódicos.

Meagan accedió a someterse al detector de mentiras pero se negó a dejarse hipnotizar, explicando la razón: «Durante la hipnosis pasan cosas. El hipnotizador puede preguntar "¿Qué pasó cuando usted estaba en la nave?" y así sugerirme cosas que yo sé que no hice».

Pero finalmente consintió y durante la sesión se descubrió que los alienígenas la indujeron a subir a la nave y que, en un determinado momento, tanto ella como André lo hicieron. En el interior vio sillas y «luces raras» y aparentemente se le trasmitió un mensaje que la alarmó y sorprendió pero que no consiguió de ninguna manera recordar. Según parece, sin que se les practicara ningún examen físico (que es lo que se espera de las habituales historias de secuestros) se permitió que los testigos saltaran a tierra y ese fue el momento en que Meagan le gritó a André que corriera a buscar a su padre.

Es preciso señalar que el psiquiatra no apoyó la versión dada bajo hipnosis y comentó: «Tengo la impresión de que se trata de una fantasía histérica... Lo relatado es extremadamente fantástico». André se resistió siempre a la hipnosis y no colaboró con las investigaciones que se realizaron.
                         

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