Europa - Década años 60



  001     Encuentro del Hombre Murciélago           
Suceso:           Encuentro con un ser extraño
Fecha:             16 de Noviembre de 1963
Lugar:            Saltwood, Kent, Inglaterra

Durante los años sesenta, en Virginia, Estados Unidos, se produjeron muchos casos de personas que aseguraban haber visto al llamado «hombre murciélago»: era un ser que tenía los ojos rojos, el aspecto de una mariposa o de un murciélago, y normalmente el tamaño de un avión pequeño. Tenía a la población local aterrorizada.

Hasta entonces el «hombre murciélago» nunca había hecho acto de presencia en Inglaterra; sin embargo, en noviembre de 1963 se informó de un caso en Kent. Dos parejas de novios vieron un ovni con forma de estrella suspendido en el aire, muy cerca de unos árboles. Sus efusiones amorosas cesaron cuando de repente vieron una figura grotesca, negra, sin cabeza, con pies en forma de membrana y alas dé murciélago, que avanzaba hacia ellos.

Las parejas no pudieron proporcionar más información coherente, puesto que, muy comprensiblemente, emprendieron la retirada.

  002     Lago Kallavesi          
Suceso:           Recuperación de un supuesto accidente
Fecha:             Agosto de 1964
Lugar:            Lago Kallavesi, Kuopio, Finlandia

En agosto de 1964, Raimo Blomqvist vio un ovni sobre el lago Kallavesi, en Finlandia. El caso se hizo más interesante cuando, poco después de despegar, el ovni dejó caer un pedazo de material en la orilla del lago.

Blomqvist lo recogió; el análisis indicaba que estaba compuesto de óxido de hierro y restos de huellas.

En la Universidad Akademi, el profesor Edelman sometió el objeto a un examen con rayos X, y llegó a la conclusión de que no guardaba relación alguna con ningún material conocido, aunque se parecía mucho a algunos de los materiales que se encuentran en lugares próximos a volcanes activos. La Universidad Turku también examinó el objeto, y el profesor Papunen descartó la posibilidad de que fuera un meteorito, o por lo menos uno de composición conocida.

Al final, hubo muchas sugerencias sobre lo que no podía ser, pero ninguna sobre lo que era.

  003     Avistamiento de Valensole  
Suceso:           Encuentro cercano de tercer orden
Fecha:             1 de Julio de 1965
Lugar:            Valensole, Sur de Francia

El granjero Maurice Masse se dedicaba a cultivar lavanda para la industria del perfume. El 1 de julio de 1965 salió muy temprano de su casa y se dirigió hacia los campos para empezar a trabajar. Antes de empezar, se detuvo a la sombra para fumar un cigarrillo, cuando de repente oyó el sonido de un objeto por encima de él. Pensó que era un helicóptero militar.

A unos 92 m, vio un objeto que no se parecía a nada de lo que había visto hasta entonces. Más o menos del tamaño de un coche, era ovalado y tenía una pequeña bóveda. Se mantenía sobre seis patas que salían de una punta central.

Delante del objeto, Masse vio dos seres que examinaban las plantas. Al principio pensó que eran los muchachos que habían estado pisoteando sus plantaciones unas semanas antes. Pero, como él mismo dijo, «Justo en el momento en que iba hacia ellos me di cuenta de que no me estaba enfrentando a seres humanos.»

Los dos seres llevaban trajes verdes de una sola pieza; sus cabezas, completamente calvas, eran muy grandes; sus ojos eran rasgados y no tenían labios. Llevaban en el cinturón unos cilindros pequeños.

Cuando se encontraba a unos 20 m, uno de ellos reparó en él, y le lanzó un rayo que lo paralizó inmediatamente. No obstante, Masse dijo que en ningún momento se había sentido asustado, y que creía que esos seres no mostraron animosidad hacia él.

Aproximadamente un minuto después, las extrañas criaturas embarcaron en su nave y despegaron a una velocidad increíble. Masse se vio libre de su parálisis unos quince minutos más tarde; entonces volvió a Valensole y contó la historia a sus amigos. Éstos se quedaron impresionados y en ningún momento dudaron de lo que contaba.

Las investigaciones posteriores encontraron huellas en el lugar donde la nave había aterrizado; la tierra estaba dura y se desmenuzaba muy fácilmente. Además, presentaba un alto contenido en calcio. En esa zona la lavanda no prosperó, ni siquiera en las siguientes cosechas. Hubo que esperar a arar la tierra en profundidad.

Masse admitió que siempre mantendría en secreto un detalle de considerable importancia.

Para los ufólogos, la importancia de este encuentro radica en su parecido con muchos otros casos ocurridos con anterioridad en Francia, principalmente durante la ola de apariciones que se produjo en 1954. El propio Masse se quedó impresionado por el parecido entre el objeto que él describió y el que había visto el oficial Lonnie Zamora en Socorro, Nuevo México, sólo un año antes.

En cuanto al misterioso asunto que no se ha revelado, sólo podemos suponer que se trata de alguna forma de mensaje o de percepción de contacto. Masse expuso claramente su postura cuando mencionó la seriedad con que había reaccionado a la experiencia: «No se lo he contado a nadie, ni siquiera a mi mujer, y nadie conseguirá que lo cuente.»

  004     Encuentro de Coquil           
Suceso:           Encuentro cercano de primer orden
Fecha:             16 de Enero de 1966
Lugar:            Bolazec, Francia

A las cuatro en punto de la mañana del 16 de enero de 1966, el carpintero Eugene Coquil conducía por una carretera de Bretaña cuando vio luces en medio de un prado. Paró el coche, creyendo que podía ser un coche accidentado, y cruzó el prado en dirección a la luz. A medida que avanzaba se dio cuenta de que las luces procedían de un objeto, y que el objeto se movía silenciosamente hacia él.

Sólo cuando estuvo a unos 10 m se dio cuenta de que el objeto no rodaba por el suelo, sino que volaba a unos 5 m. Consideró que ya había visto suficiente y corrió al coche; pero el objeto le siguió y se quedó flotando en el aire.

Le costó mucho arrancar, seguramente por el pánico, aunque también podía deberse a una interferencia del ovni (hecho bastante frecuente). Finalmente consiguió arrancar y salió disparado, dejando atrás el objeto.

  005     Interferencia del Vehículo de Hook           
Suceso:           Interferencia del vehículo
Fecha:             26 de Octubre de 1967
Lugar:            Hook, Hampshire, Inglaterra

A primera hora del 26 de octubre de 1967, el señor W. Collet conducía su camión Ford Transit por la carretera A32 camino de Reading. Transportaba las cubiertas para máquinas que fabricaba la empresa de ingeniería para la que trabajaba. Era muy importante que las cubiertas llegaran a su destino lo antes posible. Quizá por esa razón Collet se sintió muy afectado cuando el sistema eléctrico del camión dejó de funcionar, y se apagaron las luces, la radio y el motor.

Collet abrió el capó y examinó el motor, pero no encontró nada raro. Cuando subía al vehículo vio una forma oscura flotando en el aire, delante de él, en medio de la carretera. Después de un momento el motor arrancó, las luces y la radio se encendieron y Collet emprendió la marcha; pero a unos cien metros el camión se volvió a parar en medio de la carretera.

El testigo de esta historia se bajó de nuevo del camión; esta vez había sentido un cambio de presión muy brusco que le había llegado al tímpano, algo muy parecido a lo que se siente en un avión.

También percibió el olor de algo eléctrico quemándose, pero obviamente no procedía de su vehículo, puesto que, aunque no funcionaba, todo parecía estar en orden. Una vez más vio a unos 100 m el mismo objeto oscuro, que flotaba a una altura aproximada de 15 m por encima de la carretera.

Collet cree que estuvo observando el objeto durante unos minutos hasta que desapareció por encima de los árboles a una velocidad considerable. Cuando volvió al asiento del conductor, el vehículo arrancó de nuevo.

El señor Collet apreció otros efectos que suelen ser comunes a muchos casos de paradas de vehículos, incluidas las abducciones. Según parece, aunque la carretera era desconocida para él, terminó el viaje sin consultar el mapa (si bien es cierto que había planeado la ruta antes de salir). Notó también cierta falta de coordinación cuando fue a emprender la marcha. De vuelta a casa, se dio cuenta de que tenía una palpitación en los dedos. Quizá relacionado con el encuentro, también notó que era capaz de recordar lo que soñaba, algo que antes no podía hacer.

El doctor Bernard Finch, un médico londinense, examinó al señor Collet para determinar los efectos psicológicos y sugirió la posibilidad de que el ovni le hubiera sometido a un campo de fuerza que hubiera afectado a su sistema nervioso y a su médula espinal, dañando sus reflejos. Según el informe del doctor, el señor Collet sólo se vio mínimamente invadido por el campo de fuerza, porque la nave estaba emitiendo a una potencia muy baja. Si hubiera estado emitiendo una energía más radiante, si se hubiera estado preparando para realizar una maniobra rápida, el señor Collet podía haberse visto afectado por una reaccción mucho más poderosa, con consecuencias mucho más serias para su sistema nervioso.

No hubo ningún intento de analizar los lapsos de tiempo potenciales durante este incidente. Sin embargo, es interesante tener en cuenta que este caso tiene aspectos muy parecidos a algunas abducciones de las que se ha informado. También es interesante la idea de que, en algunas circunstancias, las interferencias con el sistema nervioso pueden producir alucinaciones.

Casos como éste pueden contener la respuesta a cuestiones mucho más complejas.

  006     Encuentro de Moigne Downs         
Suceso:           Encuentro cercano de primer orden
Fecha:             26 de Octubre de 1967
Lugar:            Moigne Downs, Dorset, Inglaterra

Uno de los sucesos más fiables y uno de los mejor documentados por el propio testigo procede de la ola de avistamientos de 1967. El testigo era el señor J. B. W (Angus) Brooks, un antiguo oficial administrador de vuelos de la British Overseas Aircraft Corporation (que ahora es parte de British Airways), y antiguo miembro del servicio de inteligencia de las Fuerzas Aéreas Británicas. Todos los análisis del caso realizados por ufólogos llevaron a la conclusión de que el señor Brooks era un testigo muy fiable, que había demostrado mucho sentido común al reaccionar tan bien a una experiencia como la que había vivido. Fue muy útil el hecho de que el señor Brooks preparara su propio informe, que puso de manifiesto sus años de trabajo en el servicio de inteligencia. Con los datos que proporcionó incluso se pudo establecer el lugar del encuentro en el mapa topográfico y también la velocidad y la dirección del viento.

A las once y veinticinco de la mañana, el señor Brooks, que había sacado a pasear a sus perros, se tumbó en un hoyo poco profundo para protegerse de un viento de fuerza 8. Se puso las manos detrás de la cabeza para descansar y vio lo que al principio pensó que era una fina estela de vapor, producida por un avión, sobre el pueblo de Portland. En seguida, el señor Brooks se dio cuenta de que no era eso; no aumentaba en longitud ni se desintegraba. En realidad, tenía todo el aspecto de ser una nave que se precipitaba hacia él.

El objeto descendió rápidamente, frenó de una manera muy ostensible y se quedó flotando en el aire a una altura de unos 90 m y a una distancia de unos 350 m del señor Brook. Era un ovni único: nunca antes, ni tampoco después, se había dado cuenta de un objeto como ése. Tenía forma de disco, con un fuselaje en la parte delantera parecido a una larga viga, y otros tres que salían de la parte trasera. De cualquier forma, en cuanto se quedó flotando, los fuselajes adquirieron la forma de una cruz. A la vez que flotaba, la nave rotaba despacio, aunque manteniéndose en una posición estacionaria, y parecía que el fuerte viento no le afectaba.

Brook observó que el objeto estaba hecho de un material translúcido, que su diámetro aproximado era de unos 53 m, y que no tenía portillas ni ventanas. La nave permaneció así unos 22 minutos, pasados los cuales volvió a su forma original y salió disparada hacia Winfrith.

Uno de los perros del señor Brook estaba muy inquieto y le daba zarpazos como urgiéndole a abandonar la zona. El análisis del señor Brook respecto a lo sucedido es claro: «Antes de mi experiencia en Moigne Downs no estaba demasiado interesado en la identificación de los ovnis, pero ahora estoy convencido de que hay algo que debemos investigar, y cuanto antes sepamos qué está ocurriendo, mejor.»

Brook envió su informe a varias organizaciones de todo el mundo que investigan los platillos volantes, dejando muy claro que no tenía ninguna duda de que lo que había visto era una nave espacial extraña. Comentó: «al principio me inquieté mucho pensando si me habían descubierto. Incluso se me pasó por la cabeza que me podían secuestrar; por si eso sucedía, planeé dejar en el suelo el cayado que llevaba, para que sirviera de pista de dónde había estado. Pero después de un rato me sentí mejor, incluso contento; se me ha ocurrido que probablemente el anorak verde que vestía me sirvió de camuflaje.»

El avistamiento se produjo en una época en que continuamente se denunciaba el avistamiento de un objeto conocido como la «estrella volante» o «la cruz volante». De hecho, sólo unos días antes del avistamiento de Moigne Downs, dos policías que estaban de guardia divisaron desde su coche una cruz volante a las afueras de Dartmoor. Otros policías informaron de experiencias parecidas en otros puntos del país.

Un equipo del Ministerio de Defensa investigó el caso. Los miembros de ese equipo eran: el Dr. John Dickison, de las Fuerzas Aéreas en Farnborough; Alec Cassie, psicólogo de las Fuerzas Aéreas, y Leslie Akhurst, de la S4 del Ministerio de Defensa (sección del Ministerio de Defensa encargada de la investigación de los sucesos relacionados con ovnis).

Sugirieron que el señor Brooks se había tumbado para protegerse del viento y que se había quedado dormido o que había caído en un estado próximo al sueño. Por eso su perro estaba inquieto a intentaba despertarle. En ese estado próximo al sueño había visto un cuerpo flotante en el globo ocular (pequeños desechos vítreos que suelen ser más visibles cuando se mira a un fondo más claro, como es el cielo). Años atrás, el señor Brooks había tenido algunas molestias en un ojo; tuvo que someterse a un trasplante de córnea, y quizá por ese motivo veía cuerpos flotantes de un tamaño mayor de lo normal. Esta explicación podía dar cuenta del hecho de que el objeto permaneciera quieto a pesar del fuerte viento, y también explicaba por qué avanzó tan deprisa y frenó bruscamente hasta quedar paralizado; eso es algo característico de los cuerpos flotantes, puesto que el globo ocular se mueve y se para.

Es más, el Ministerio de Defensa llegó a la conclusión de que Brooks había atribuido una naturaleza extraordinaria al incidente influido por la publicidad que en esa época estaba recibiendo en los periódicos el caso de las cruces volantes.

Quizá con un poco de ironía, en la carta que Akhurst envió a Brooks explicándole sus conclusiones, reconocía: «quizá usted encuentre nuestras conclusiones poco satisfactorias.» También precisaba: «el alcance de nuestro radar es tal que podemos decir con satisfacción que no existe una actividad aérea clandestina en toda Inglaterra que no esté bajo control terrestre.»

Hay que añadir que Brooks replicó con igual precisión al Ministerio: «El hecho de que el viento soplara con furia y de que mi perro me arañara desesperadamente para salir de ahí a duras penas favorecía una "siestecita".»

Que el avistamiento de Brooks haya seguido siendo único en sus características no contribuye necesariamente a desmentir este informe, puesto que la mayoría de los avistamientos de ovnis son únicos en un sentido a otro. Por tanto, sólo nos queda decidir si la nave sólo existió en el ojo del testigo.

  007     Encuentro de Serra de Almors       
Suceso:           Encuentro con un ser poco habitual
Fecha:             16 de Agosto de 1968
Lugar:            Serra de Almors, España

Una de las afirmaciones más comunes sobre los seres procedentes de los ovnis es que la mayoría son humanoides, es decir, extraños personajes con forma humana, que tienen dos piernas, dos brazos y una cabeza con órganos sensoriales situados en la posición más alta. No obstante, no todos los casos son de esta naturaleza; está, por ejemplo, el caso de los seres con aspecto de cerebro del encuentro en Dapple Grey Lane (Estados Unidos).

En agosto de 1968, un granjero de Serra de Almors informó de una de estas inquietantes variaciones. Eran aproximadamente las seis de la mañana cuando vio un objeto en forma de cúpula suspendido en el aire, a pocos metros del suelo. Al acercarse, dos seres salieron corriendo y se metieron en el objeto, que inmediatamente despegó. Los seres tenían aspecto de pulpo, medían unos 90 cm y tenían varias patas. Completó la descripción diciendo que eran de un color muy claro y de una apariencia muy desagradable.

  008     Dr. «X»          
Suceso:           Encuentro cercano de segundo orden
Fecha:             1 de Noviembre de 1968
Lugar:            Sur de Francia

Hacia las cuatro de la mañana, al Dr. X (su nombre se omite y la localización concreta del suceso para evitar publicidad) le despertó el llanto de su hijo. Cuando llegó hasta donde estaba, el niño, muy excitado, le indicó que había algo al otro lado de la ventana. El doctor vio unas luces, pensó que estaban dando mucha claridad a la habitación, y tranquilizó a su hijo.

A continuación abrió la ventana para echar un vistazo y vio dos ovnis en forma de platillo, con la parte de arriba blanca y la de abajo roja. También se fijó en que tenían unas antenas arriba, y que de la parte de abajo salía un haz de luz. Los ovnis se dirigían hacia el doctor; y a medida que se acercaban daba la impresión de que se fundían el uno en el otro, y que quedaba un solo ovni.

De repente, el haz de luz que salía de debajo del ovni empezó a girar a iluminó la casa, enfocando directamente al doctor. Luego se oyó un ruido muy fuerte y el ovni desapareció, dejando detrás una «presencia» brillante que se fue difuminando. Pero parece que los ovnis se habían llevado algo más consigo...

Se habían llevado los dolores y las incapacidades del doctor. Tres días antes de este encuentro, el doctor se había hecho daño en una pierna mientras cortaba madera, y todavía tenía un cardenal muy doloroso. Unos años antes, durante la guerra de Argelia, también se hizo unas heridas. Sorprendentemente, todas esas desagradables heridas desaparecieron al momento.

No obstante, los efectos en el testigo no fueron totalmente beneficiosos; de vez en cuando padecía calambres y dolores estomacales, perdió peso, y observó que alrededor del ombligo había aparecido una coloración especial en forma de triángulo. Y lo que era todavía más extraordinario, uno o dos días después al niño le salió el mismo triángulo en el estómago; el doctor soñó que de alguna manera eso estaba relacionado con su experiencia.

Pasados ya unos cuantos años de este suceso, el triángulo seguía apareciendo y desapareciendo a días, tanto en el padre como en el hijo, hasta el punto de que en 1986, 18 años después, fue grabado en una película. La historia continúa.

Durante algunos años, la familia ha sido víctima de fenómenos paranormales; con frecuencia se producía telepatía entre algunos miembros de la familia, o alguien sufría fenómenos de levitación, o incluso se producían efectos poco normales en el uso de instrumentos eléctricos. De hecho, la familia parece haber sido sometida a un cambio en su actitud mental que les ha dejado muy sensibles a todo tipo de fenómenos.

  009     Kathryn Howard     
Suceso:           Encuentro cercano de tercer orden
Fecha:             6 de Abril de 1969
Lugar:            Sur de Suecia

Esta foto ha sido tomada en el año 1990, en Estados Unidos, país donde reside Kathryn Howards.

La abducción de que fue objeto tuvo lugar en Suecia, hace unos veinte años. Ella está convencida de que no entenderá completamente su experiencia hasta que pueda regresar al ambiente en que vivía antes.

El caso de Kathryn Howard es uno de los que más claramente demuestran la relación entre los fenómenos de los ovnis y otras experiencias paranormales. Dada la naturaleza de su encuentro, Kathryn cree que no será capaz de recordar totalmente los sucesos, ni tampoco de contar abiertamente lo que recuerda, hasta que no se sienta emocionalmente como en aquella ocasión. Por este motivo, lo que sigue es necesariamente incompleto, pero sin duda con el tiempo se revelarán más detalles de este caso.

Era el año 1969. Un día de primavera, en el sur de Suecia, Kathryn y dos amigos, Harvey y Martin (utilizamos seudónimos), estaban sentados en un prado descansando y charlando. Hablaban sobre todo de la guerra de Vietnam y del hambre de Biafra. Kathryn estaba muy afectada por la violencia y la falta de compasión y solidaridad de todo el mundo; de hecho, empezó a llorar.

De repente, apareció en el cielo un objeto ovalado, del que salía algo parecido a unas patas. Martin y Kathryn lo vieron, pero no oyeron nada. Sin que se hubieran dado cuenta, su percepción había cambiado: parecía que el cielo había dejado de existir; la luna tenía el mismo aspecto que en las fotografías que los astronautas del Apolo mandaban a la Tierra. Vieron el espacio como un infinito gris parecido a un fluido.

Lo raro es que aunque aparentemente Martin y Kathryn compartieron la misma experiencia, Harvey no vio nada, ya fuera porque no pudo captar la potencia sensorial, o porque se le excluyó. Ninguno de los tres fue capaz de explicar no sólo por qué había sucedido eso, sino tampoco cómo había ocurrido. Kathryn sintió la necesidad de hablar sobre lo que había visto. «Debo contarlo. Lo olvidaré si no lo cuento. Mira al cielo. No hay cielo. Estamos sentados en el Universo. Esto es el Universo.» Sus percepciones seguían cambiando.

Parecía que la propia Tierra se expandía alrededor de ellos. Kathryn dijo que se sentía como una muñeca. Se sentía como si estuviera mirando la Tierra desde lo alto, pero a la vez estaba en ella. Tanto Martin como Kathryn estaban llorando, y creían que oían un lento y profundo latido, que era el ritmo del propio Universo.

Las emociones los vencieron. Una sensación de amor y compasión se apoderó de ellos. Kathryn afirma que sintió la alegría más grande que jamás había sentido. Pero también recibieron impresiones menos placenteras: vieron imágenes de grandes destrucciones, que posiblemente correspondían al final del género humano y al final del propio tiempo. Hubo otras muchas imágenes que, todavía hoy, Kathryn se siente incapaz de comentar.

De los tres, sólo Kathryn ha sentido la necesidad de investigar la experiencia, porque siempre ha sido consciente, desde una edad muy temprana, de que su vida tenía un significado especial. «Desde aquel día, he creído firmemente que tengo un mensaje que comunicar, que sé cómo hacer que la gente abra los ojos como nunca antes habían hecho, que todo el mundo quiere comentarme sus deseos más íntimos y sus secretos más ocultos. Podría seguir escribiendo muchas cosas sobre esto.» Ni Martin ni Harvey han sido capaces de investigar estas experiencias; Kathryn cree que eso se debe a que se han hundido en el mundo materialista.

De todas las impresiones que recibió, la última fue una compasión muy grande. Cuando empezaba a recuperarse de la experiencia, dijo: «si Hitler estuviera aquí ahora, le pondría los brazos alrededor del cuello y le diría que le quiero. No sabía lo que estaba haciendo. Todavía no estaba vivo. Sólo era una concha.»

Después parece que hubo un período de tiempo en blanco. Aunque el suceso se produjo un día muy soleado, no recuerdan nada hasta las once de la noche; se encuentran entonces en la casa de uno de ellos, situada a tan sólo una hora del prado donde habían estado. Se intentó recuperar ese lapso de tiempo mediante la regresión hipnótica, pero lo que se recordó se refería al propio ovni.

Las patas que habían salido de debajo del ovni se convirtieron en cilindros, uno de los cuales arrastró a Kathryn y la metió en el objeto. Cuando miró hacia abajo, entre sus pies, vio las copas de los árboles y la Tierra, y a la vez sintió su propio cuerpo. En el interior del objeto se sentía como si estuviera flotando, y sin embargo tenía las muñecas y los tobillos inmovilizados.

Por lo visto, ella empezó a temer que la abducción fuera permanente, que se la iban a llevar de la Tierra para siempre, y gritó que la dejaran bajar, porque todavía no estaba preparada. La única vez que sintió miedo de verdad fue cuando se sometió a la regresión hipnótica; pero no se sabe a ciencia cierta si ese miedo se debió a la técnica o al recuerdo.

Bajo hipnosis, Kathryn se vio a sí misma con una especie de casco; desde entonces, los videntes han detectado una masa parecida alrededor de su cabeza. Los seres con los que se encontró eran transparentes. Ésta no es una descripción especialmente frecuente, pero, y esto es lo interesante, es la misma que se ha proporcionado en casos sucedidos en zonas y períodos de tiempo próximos.

Kathryn piensa que debe dejar Estados Unidos, país en el que reside actualmente, y volver a Suecia, para recuperar las sensaciones de su vida anterior y ser capaz de comprender en su totalidad el verdadero significado de las experiencias que tuvo. Todos los ufólogos con los que está trabajando debemos dejar que vuelva a descubrir esos sucesos a su manera, en vez de emplear con ella las técnicas de presión, casi de interrogatorio, que tan comunes son en Estados Unidos. El caso de Kathryn será entonces, casi con toda seguridad, la pieza más preciosa del enorme rompecabezas que constituyen los fenómenos de los ovnis.

Sólo el tiempo lo dirá: y con el espíritu de Kathryn libre, sin duda será la verdad.



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