Oceanía - Década años 80
001 Nullarbor Plain
Suceso: Interferencia en un vehículo
Fecha: 21
de Enero de 1988
Lugar: Nullarbor Plain, Australia
Occidental
La madre y tres hijos de la familia Knowles, de Perth,
viajaban en automóvil hacia Mundrabilla cuando vieron luces delante del coche.
Como estaban en una zona alejada de cualquier población, dedujeron que no podía
tratarse de luces del alumbrado. Un cuarto de hora antes, la radio del coche
había empezado a funcionar mal.
El automóvil de la familia Knowles, con su neumático reventado, mientras es examinado por los investigadores de VUFORS a raíz de un encuentro cercano en Nullabor Plain. |
A medida que el coche se aproximaba a las luces, resultaba
obvio que se trataba de una luz que centelleaba de manera extraña y que se
dirigía a un lado de la autopista. Incluso les pareció ver que una luz
sobrevolaba otro vehículo y tuvieron que hacer un brusco viraje para evitar una
colisión. Sean, el hijo que conducía, cambió el sentido de la marcha y comenzó
a perseguir a la luz, pero entonces ésta retrocedió y se lanzó en dirección al
coche de los Knowles. Sean dio la vuelta nuevamente, pero esta vez el objeto
aceleró hacia el coche y aterrizó sobre él, oyéndose un fuerte golpe en el
techo.
Parecía como si el coche fuera arrastrado hacia arriba y la
familia no sabía qué actitud adoptar. Los dos perros que viajaban en el coche
estaban muy agitados y otro de los hijos, Patrick, dijo que sintió como si le
sacaran el cerebro de la cabeza. A decir verdad, la familia no se dio realmente
cuenta de que el coche estaba en el aire hasta que volvió a caer en el suelo,
reventando uno de los neumáticos. Increíblemente, mientras el objeto estaba
pegado al techo, la madre, Faye, bajó el cristal de la ventanilla, sacó una
mano y tocó el objeto, que le pareció tibio y esponjoso, posiblemente una
ventosa de succión. Si la descripción es correcta, nos encontramos ante la
forma más brutal de secuestro.
Una especie de polvareda rodeó el coche y entró por la
ventanilla abierta, al tiempo que se sentía un olor similar al de cuerpos en
estado de putrefacción. Uno de los hijos, Sean, señaló haber perdido algunos
detalles, pues evidentemente en algún momento estuvo inconsciente. Una vez en
tierra, Sean detuvo el coche y la familia salió de él y se escondió entre unos
arbustos hasta que el ovni se fue.
Mirándolo desde fuera, pudieron apreciar que el objeto era
una luz blanca casi del mismo tamaño que el coche, con el centro amarillo, y
producía un ruido similar al de un zumbido eléctrico. La familia cambió el
neumático y se dirigió a Mundrabilla, donde relataron su experiencia a unos
camioneros.
Paul Norman y un colega investigaron la radio y comprobaron
que ya funcionaba perfectamente. En el techo del coche hallaron una abolladura
que concordaba con la descripción. El neumático se encontraba en buenas
condiciones y no había motivos para que reventara, pero estaba rajado.
Los análisis de laboratorio del polvo revelaron la presencia
de oxígeno, carbono, calcio, silicio, potasio y un posible rastro de astatina,
materia química radiactiva que sólo puede producirse sintéticamente. Pero la
vida de la astatina sólo dura unas horas y cualquier isótopo normal de ese
elemento habría tenido que deteriorarse antes de que se iniciara la
investigación.
La investigación de VUFORS reveló que hubo otros informes
sobre apariciones de ovnis en los alrededores de Nullarbor la noche del
encuentro. El comentario de Paul Norman sobre el caso, es muy sensato: «Antes
de que sepamos qué es lo que pasó es preciso que examinemos muchos informes y
realicemos investigaciones más profundas».
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